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La Veridica Historia De A Q (IV. Tragedia de amor)

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发表于 2022-3-4 00:43:33 | 显示全部楼层 |阅读模式
IV. Tragedia de amor
Hay quien dice que hay vencedores que no encuentran ningún placer en la victoria si el contrario no es tan fuerte como un tigre o un águila; y si sus rivales son tímidos como ovejas o gallinas, sienten que el triunfo es vacío. Por otra parte, hay vencedores que, después de conquistarlo todo, muerto o rendido el enemigo, dicen la frase clásica: «Vuestro súbdito, temeroso y temblando, se presenta ante vos para que le perdonéis el crimen que merece la pena de muerte». Se dan cuenta de que ya no tienen enemigo, ni rival, ni amigo, desolados y aislados. Y entonces sienten que la victoria es algo trágico. Pero nuestro héroe no era de esa clase: él siempre se sentía optimista. Tal vez ésta sea la prueba de la supremacía moral de China sobre el resto del mundo.
¡Ved a A Q ágil y ligero como si fuera a flotar!
Pero aquella victoria no estuvo exenta de raras consecuencias. Durante largo rato pareció flotar y se fue como volando al Templo de los Dioses Tutelares, donde normalmente se habría puesto a roncar apenas se hubiera acostado. Sin embargo le fue muy difícil cerrar los ojos esa noche, porque sentía que algo extraño le sucedía en el pulgar y el índice, que parecían más suaves y resbaladizos que de costumbre. Es imposible decir si había una sustancia suave y oleosa en la mejilla de la monja, que se hubiese adherido a sus dedos, o si éstos se habían puesto resbaladizos al frotar la piel de ella...
—¡Ojalá el maldito A Q muera sin descendencia!
Las palabras resonaron en los oídos de A Q que pensó: «Tiene razón: yo debería tener una mujer; porque si un hombre muere sin hijos, no tiene a nadie que haga un sacrificio con un plato de arroz para su alma... Debería tener una mujer». Se dice: «Hay tres formas de conducta poco filial, la peor de las cuales es no tener descendientes» y es también una gran pesadumbre, pues «las almas sin descendientes viven hambrientas». De modo que su pensamiento estaba en perfecto acuerdo con las enseñanzas de los santos y los sabios; pero era una lástima que después tuviera que vagar sin rumbo, incapaz de detenerse. «¡Mujer, mujer!...», pensó.
«El bonzo puede tocar... ¡Mujer, mujer... mujer!», volvió a pensar.
Nunca sabremos cuándo comenzó a roncar A Q aquella noche. Es probable, sin embargo, que a partir de entonces sintiera siempre suaves y resbaladizos los dedos y ligero el corazón.
«¡Mujer...!», seguía pensando.
Por esta sola razón puede verse que la mujer es cosa dañina para la humanidad.
La mayor parte de los varones chinos podrían llegar a ser santos y sabios si no fuera por el hecho infortunado de que son arruinados por las mujeres. La dinastía Shang fue destruida por Da Chi, la dinastía Chou fue debilitada por Bao Si; en cuanto a la dinastía Chin... aunque no existe evidencia histórica que lo pruebe, si pensamos que cayó por causa de alguna mujer, no andaremos muy descaminados. Y es un hecho que la muerte de Dong Chuo fue causada por Diao Chan.
Empecemos por decir que también A Q había sido un hombre de moral estricta. Aunque no sabemos si fue guiado por las enseñanzas de algún buen maestro, siempre se había mostrado muy escrupuloso en la observación de la «estricta separación de los sexos» y era lo suficientemente recto para denunciar a herejes como la pequeña monja y Falso Demonio Extranjero. Su tesis era: «Todas las monjas mantienen sin duda relaciones clandestinas con los monjes. Cuando una mujer camina sola por la calle, sin duda tiene la pretensión de seducir a los hombres malos. Cuando un hombre y una mujer hablan a solas, sin duda están planeando una cita». Con el objeto de castigar sus desviaciones de la moral, A Q los miraba con furia o hacía unas cuantas observaciones punzantes en voz alta; o bien, si el sitio estaba desierto, lanzaba disimuladamente una piedrecita.
¡Quién iba a decir que, cerca de los treinta años, que es cuando un hombre debe «tener los pies firmemente en la tierra», perdería la cabeza de aquel modo por una monjita! Aquel sentimiento de ligereza, de acuerdo con los cánones clásicos, no debería haber existido; es cierto que las mujeres son criaturas odiosas. Porque, de no haber sido suave y resbaladiza la cara de la monjita, A Q no hubiese sido hechizado por ella; tampoco si el rostro de la monja hubiera estado cubierto por un velo. Cinco o seis años atrás, en medio del público de una representación teatral al aire libre, había pellizcado el muslo a una mujer; pero como el muslo estaba aislado por la tela del pantalón, no se sintió después presa de esa sensación de ligereza. Pero la monjita no se había cubierto el rostro y ésta era otra prueba de la malignidad de aquella hereje.
«Mujer...», pensaba A Q.
El mantenía bajo estrecha vigilancia a aquellas mujeres que él creía que «ciertamente deseaban seducir a los hombres malos», pero ellas no le sonreían. Escuchaba con toda atención a las mujeres que conversaban con él, pero ninguna decía una palabra que pudiera llevar a un trato. ¡Ah!, aquél era otro ejemplo de la malignidad femenina: todas asumían un aire de «falsa honestidad».
Un día en que A Q estaba descascarando arroz en la casa del señor Chao, se sentó en la cocina a fumar una pipa después de cenar. De haberse tratado de cualquier otra casa, se hubiera vuelto inmediatamente después de la cena, pero en la de la familia Chao se acostumbraba a cenar temprano. Aunque era regla no encender la lámpara, sino irse directamente a la cama después de cenar, había excepciones: primero, antes de que el hijo del señor Chao rindiera los exámenes de bachillerato, se le permitía encender la lámpara para estudiar sus textos; segundo, si A Q venía a hacer trabajos ocasionales, se le permitía encender una lámpara cuando tenía que descascarar arroz. A causa de esta última excepción a la regla, A Q estaba todavía sentado en la cocina, fumando, antes de continuar la molienda.
Ama Wu, la única sirvienta de la casa de Chao, después de lavar los platos, se sentó también en el largo banco y se puso a charlar con A Q.
—La señora no come desde hace dos días, porque el señor quiere comprar una concubina... «Mujer... Ama Wu... esta viudita...», pensó A Q. —Y la joven nuera va a tener un hijo en agosto...
«Mujer...», pensó A Q.
Dejó la pipa y se levantó.
—La joven nuera... —continuó Ama Wu locuaz.
—¡Acuéstate conmigo, acuéstate conmigo! —A Q se precipitó hacia ella y se arrodilló.
Hubo un momento de absoluto silencio.
—¡Ay, ya! —Ama Wu, turbada por un instante, de pronto se echó a temblar, salió corriendo y empezó a gritar. Los gritos se convirtieron en llanto.
A Q, arrodillado ante la pared, estaba también perplejo, de modo que se aferró al banco vacío con ambas manos y se puso de pie despacio, vagamente consciente de que algo andaba mal. En realidad por entonces se encontraba ya en deplorable estado nervioso. Con toda premura metió su pipa en el cinturón y concluyó que debía volver a descascarar arroz. ¡Bang!, su cabeza resonó con un golpe tremendo y, al volverse rápidamente, vio ante sí al bachiller que blandía un gran garrote de bambú.
—¡Cómo te atreves... Tú!...
El gran garrote de bambú descendió otra vez sobre él. A Q levantó ambos brazos para proteger su cabeza y el garrotazo le dio en los nudillos, causándole bastante dolor. Mientras escapaba por la puerta de la cocina, le pareció que también su espalda recibía un golpe.
—¡Huevo de tortuga! —dijo el bachiller, insultándolo en idioma mandarín, a sus espaldas.
A Q huyó hacia el patio donde se hallaba el mortero; allí se quedó solo, sintiendo aún el dolor en los nudillos y recordando todavía lo de «huevo de tortuga», porque esta expresión jamás era empleada por los aldeanos de Weichuang, sino solamente por los ricos que habían visto algo del mundo oficial. De modo que estaba especialmente asustado y tremendamente impresionado. Sin embargo, la obsesión de «Mujer...» se había disipado. Después de los insultos y los palos, algo parecía haberse extinguido, y aún se sentía muy ligero de corazón cuando fue a reiniciar su tarea. Después de descascarar arroz un rato, comenzó a sentir calor y se detuvo para quitarse la chaqueta.
Estaba haciendo esto cuando oyó un tumulto afuera y, como a A Q le gustaba presenciar un tumulto, salió a averiguar la causa del ruido. Este lo llevó directamente al patio interior de la casa del señor Chao. Aunque ya estaba oscuro pudo distinguir a varias personas; toda la familia Chao estaba allí, incluso la señora que hacía dos días que no comía. Estaban, además, la vecina Séptima Cuñada Zou y los verdaderos parientes Chao Bai-yan y Chao Si-chen.
La joven nuera conducía a Ama Wu fuera el recinto de los sirvientes y le decía:
—Ven fuera... No te quedes ahí encerrada, pensando en eso...
—Todos saben que eres una buena mujer —dijo la Séptima Cuñada Zou—, no debes pensar en suicidarte.
Ama Wu sólo atinaba a reiterar sus lamentos, sin que fuera posible entender por completo lo que decía.
—¡Je! esto está interesante —pensó A Q—. ¿Qué estará tramando la viudita?
Con el deseo de informarse, se dirigió a Chao Si-chen, pero de pronto vio al hijo del señor Chao que venía hacia él con el maldito palo de bambú en la mano. A la vista del palo recordó súbitamente que había sido golpeado con él y vio que, según todas las apariencias, su persona estaba relacionada con la excitación reinante. Dio media vuelta y echó a correr, con la esperanza de escapar hacia el patio, pero sin prever que el gran garrote de bambú podía cortarle la retirada; por lo tanto, volvió a girar y corrió en dirección opuesta, escapando sin mayores consecuencias por la puerta trasera. Y en muy corto tiempo estuvo de regreso en el Templo de los Dioses Tutelares.
Tras permanecer un rato sentado, su piel comenzó a ponerse como la de las gallinas y sintió frío, porque aunque era primavera, las noches estaban todavía bastante frescas y no eran apropiadas para espaldas desnudas. Entonces recordó que había dejado su chaqueta en casa de la familia Chao, pero temía que, si regresaba a buscarla, le hicieran probar otra dosis del gran palo de bambú del bachiller.
Entonces entró el alcalde.
—¡A Q, hijo de perra! —dijo. Así es que llegas a injuriar hasta a la sirvienta de la familia Chao. Tú eres simplemente un rebelde. Me has echado a perder el descanso de esta noche. ¡Hijo de perra!...
Luego le cayó un torrente de lecciones y naturalmente A Q nada tuvo que decir. Finalmente, pues ya era tarde, A Q tuvo que doblar el soborno y dar al alcalde cuatrocientas sapecas; pero como en aquel momento no tenía dinero contante, dio su sombrero de fieltro como garantía y suscribió los siguientes cinco puntos:
1. A la mañana siguiente debía llevar un par de velas de color rojo, de una libra, y un atado de varillas de incienso a la familia Chao, para pedir perdón por su falta.
2. A Q debía pagar a los monjes taoístas que la familia Chao había llamado para exorcizar a los espíritus infernales ahorcados.
3. A Q no debía jamás volver a poner los pies en el umbral de la casa de Chao.
4. Si cualquier desgracia le ocurría a Ama Wu en el futuro, A Q sería considerado responsable.
5. A Q no debía ir a reclamar ni su salario ni su chaqueta.
Desde luego, A Q se mostró de acuerdo en todo, sólo que desgraciadamente no tenía dinero en ese momento. Por fortuna, ya había llegado la primavera, de manera que bien podía pasárselas sin la manta guateada; de modo que la empeñó por dos mil sapecas para ajustarse a las estipulaciones del convenio. Después de arrodillarse y tocar el suelo con la frente, desnudo el busto, aún le quedaban algunas sapecas y, en lugar de ir a recuperar su sombrero de manos del alcalde, las gastó todas en vino.
Pero la familia Chao no quemó incienso ni encendió las velas, porque todo ello podía usarse cuando la señora rindiera adoración a Buda; de modo que los apartaron con ese propósito. La chaqueta fue casi enteramente convertida en pañales para el bebé que tuvo la joven nuera en agosto, en tanto los jirones restantes los empleaba Ama Wu como suela para sus zapatos.
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 楼主| 发表于 2022-3-4 01:35:23 | 显示全部楼层
第4章 恋爱的悲剧
有人说:有些胜利者,愿意敌手如虎,如鹰,他才感得胜利的欢喜;假使如羊,如小鸡,他便反觉得胜利的无聊。又有些胜利者,当克服一切之后,看见死的死了,降的降了,"臣诚惶诚恐死罪死罪",他于是没有了敌人,没有了对手,没有了朋友,只有自己在上,一个,孤另另,凄凉,寂寞,便反而感到了胜利的悲哀。然而我们的阿Q却没有这样乏,他是永远得意的:这或者也是中国精神文明冠于全球的一个证据了。

    看哪,他飘飘然的似乎要飞去了!

    然而这一次的胜利,却又使他有些异样。他飘飘然的飞了大半天,飘进土谷祠,照例应该躺下便打鼾。谁知道这一晚,他很不容易合眼,他觉得自己的大拇指和第二指有点古怪:仿佛比平常滑腻些。不知道是小尼姑的脸上有一点滑腻的东西粘在他指上,还是他的指头在小尼姑脸上磨得滑腻了?……

    "断子绝孙的阿Q!"

    阿Q的耳朵里又听到这句话。他想:不错,应该有一个女人,断子绝孙便没有人供一碗饭,……应该有一个女人。夫"不孝有三无后为大"⑦,而"若敖之鬼馁而"⑧,也是一件人生的大哀,所以他那思想,其实是样样合于圣经贤传的,只可惜后来有些"不能收其放心"⑨了。

    "女人,女人!……"他想。

    "……和尚动得……女人,女人!……女人!"他又想。

    我们不能知道这晚上阿Q在什么时候才打鼾。但大约他从此总觉得指头有些滑腻,所以他从此总有些飘飘然;"女……"他想。

    即此一端,我们便可以知道女人是害人的东西。

    中国的男人,本来大半都可以做圣贤,可惜全被女人毁掉了。商是妲己⑩闹亡的;周是褒姒弄坏的;秦……虽然史无明文,我们也假定他因为女人,大约未必十分错;而董卓可是的确给貂蝉害死了。

    阿Q本来也是正人,我们虽然不知道他曾蒙什么明师指授过,但他对于"男女之大防"㈠却历来非常严;也很有排斥异端——如小尼姑及假洋鬼子之类——的正气。他的学说是:凡尼姑,一定与和尚私通;一个女人在外面走,一定想引诱野男人;一男一女在那里讲话,一定要有勾当了。为惩治他们起见,所以他往往怒目而视,或者大声说几句"诛心"㈡话,或者在冷僻处,便从后面掷一块小石头。


    谁知道他将到"而立"㈢之年,竟被小尼姑害得飘飘然了。这飘飘然的精神,在礼教上是不应该有的,——所以女人真可恶,假使小尼姑的脸上不滑腻,阿Q便不至于被蛊,又假使小尼姑的脸上盖一层布,阿Q便也不至于被蛊了,——他五六年前,曾在戏台下的人丛中拧过一个女人的大腿,但因为隔一层裤,所以此后并不飘飘然,——而小尼姑并不然,这也足见异端之可恶。

    "女……"阿Q想。

    他对于以为"一定想引诱野男人"的女人,时常留心看,然而伊并不对他笑。他对于和他讲话的女人,也时常留心听,然而伊又并不提起关于什么勾当的话来。哦,这也是女人可恶之一节:伊们全都要装"假正经"的。

    这一天,阿Q在赵太爷家里舂了一天米,吃过晚饭,便坐在厨房里吸旱烟。倘在别家,吃过晚饭本可以回去的了,但赵府上晚饭早,虽说定例不准掌灯,一吃完便睡觉,然而偶然也有一些例外:其一,是赵大爷未进秀才的时候,准其点灯读文章;其二,便是阿Q来做短工的时候,准其点灯舂米。因为这一条例外,所以阿Q在动手舂米之前,还坐在厨房里吸烟旱。

    吴妈,是赵太爷家里唯一的女仆,洗完了碗碟,也就在长凳上坐下了,而且和阿Q谈闲天:

    "太太两天没有吃饭哩,因为老爷要买一个小的……"

    "女人……吴妈……这小孤孀……"阿Q想。

    "我们的少奶奶是八月里要生孩子了……"

    "女人……"阿Q想。

    阿Q放下烟管,站了起来。

    "我们的少奶奶……"吴妈还唠叨说。

    "我和你困觉,我和你困觉!"阿Q忽然抢上去,对伊跪下了。

    一刹时中很寂然。

    "阿呀!"吴妈楞了一息,突然发抖,大叫着往外跑,且跑且嚷,似乎后来带哭了。

    阿Q对了墙壁跪着也发楞,于是两手扶着空板凳,慢慢的站起来,仿佛觉得有些糟。他这时确也有些忐忑了,慌张的将烟管插在裤带上,就想去舂米。蓬的一声,头上着了很粗的一下,他急忙回转身去,那秀才便拿了一支大竹杠站在他面前。

    "你反了,……你这……"

    大竹杠又向他劈下来了。阿Q两手去抱头,拍的正打在指节上,这可很有些痛。他冲出厨房门,仿佛背上又着了一下似的。

    "忘八蛋!"秀才在后面用了官话这样骂。

    阿Q奔入舂米场,一个人站着,还觉得指头痛,还记得"忘八蛋",因为这话是未庄的乡下人从来不用,专是见过官府的阔人用的,所以格外怕,而印象也格外深。但这时,他那"女……"的思想却也没有了。而且打骂之后,似乎一件事也已经收束,倒反觉得一无挂碍似的,便动手去舂米。舂了一会,他热起来了,又歇了手脱衣服。

    脱下衣服的时候,他听得外面很热闹,阿Q生平本来最爱看热闹,便即寻声走出去了。寻声渐渐的寻到赵太爷的内院里,虽然在昏黄中,却辨得出许多人,赵府一家连两日不吃饭的太太也在内,还有间壁的邹七嫂,真正本家的赵白眼,赵司晨。

    少奶奶正拖着吴妈走出下房来,一面说:

    "你到外面来,……不要躲在自己房里想……"

    "谁不知道你正经,……短见是万万寻不得的。"邹七嫂也从旁说。

    吴妈只是哭,夹些话,却不甚听得分明。

    阿Q想:"哼,有趣,这小孤孀不知道闹着什么玩意儿了?"他想打听,走近赵司晨的身边。这时他猛然间看见赵大爷向他奔来,而且手里捏着一支大竹杠。他看见这一支大竹杠,便猛然间悟到自己曾经被打,和这一场热闹似乎有点相关。他翻身便走,想逃回舂米场,不图这支竹杠阻了他的去路,于是他又翻身便走,自然而然的走出后门,不多工夫,已在土谷祠内了。

    阿Q坐了一会,皮肤有些起粟,他觉得冷了,因为虽在春季,而夜间颇有余寒,尚不宜于赤膊。他也记得布衫留在赵家,但倘若去取,又深怕秀才的竹杠。然而地保进来了。

    "阿Q,你的妈妈的!你连赵家的用人都调戏起来,简直是造反。害得我晚上没有觉睡,你的妈妈的!……"

    如是云云的教训了一通,阿Q自然没有话。临末,因为在晚上,应该送地保加倍酒钱四百文,阿Q正没有现钱,便用一顶毡帽做抵押,并且订定了五条件:

    一明天用红烛——要一斤重的——一对,香一封,到赵府上去赔罪。

    二赵府上请道士祓除缢鬼,费用由阿Q负担。

    三阿Q从此不准踏进赵府的门槛。

    四吴妈此后倘有不测,惟阿Q是问。

    五阿Q不准再去索取工钱和布衫。

    阿Q自然都答应了,可惜没有钱。幸而已经春天,棉被可以无用,便质了二千大钱,履行条约。赤膊磕头之后,居然还剩几文,他也不再赎毡帽,统统喝了酒了。但赵家也并不烧香点烛,因为太太拜佛的时候可以用,留着了。那破布衫是大半做了少奶奶八月间生下来的孩子的衬尿布,那小半破烂的便都做了吴妈的鞋底。
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